La mitología celta es una serie de relatos de la aparente religión de los celtas durante la edad de hierro. Al igual que otras culturas indoeuropeas durante este periodo, los primeros celtas mantuvieron una mitología politeísta y una estructura religiosa. Entre el pueblo celta en estrecho contacto con Roma, como los galos y los celtíberos, esta mitología no sobrevivió al imperio romano, debido a su subsecuente conversión al cristianismo y a la pérdida de sus idiomas originales, aunque irónicamente fue a través de fuentes romanas y cristianas, contemporáneas, que conocemos detalles sobre sus creencias. En contraste, la comunidad celta que mantuvo sus identidades políticas o lingüísticas tales como las tribus de escotos y bretones de las Islas Británicas transmitió por lo menos vestigios remanentes de las mitologías de la edad de hierro, las cuales fueron registradas a menudo en forma escrita durante la Edad Media. Los celtas, con quienes se ha identificado a los ofidios, eran unas gentes que en la Edad del Bronce ocupaban el Sudoeste de Alemania. Desde allí, a partir de una fecha, empezaron a moverse en todas direcciones, de manera que, en los siglos IV-III, cuando alcanzaron su máxima dispersión, habían recorrido, con suerte desigual, los Paises Bajos, las Islas Británicas, Francia, la Peninsula Ibérica, Suiza, Italia, los paises danubianos, Grecia y Asia Menor, fijándose en unas regiones y abandonando otras. Llegados desde la cuenca del Danubio, este pueblo aunque carente de unidad política y diseminado en distintas tribus de origen indoeuropeo, cuya cultura se desarrollo y floreció durante la Edad de Hierro, hasta prácticamente desaparecer bajo el Imperio de Roma, constituye en toda su amplitud un enigma que tras milenios sigue fascinándonos. La ausencia de fuentes escritas directas es uno de los motivos por los que esta cultura asentada en la vieja Europa, sea una gran desconocida. El hecho de que la forma de transmisión de conocimientos se hiciera de forma oral y estuviera en manos de un reducido número de personas, que eran los druidas, es la mayor causa de este desconocimiento, así como la llegada de culturas posteriores que procuraron sustituirla y por lo tanto anularla. De esta forma nos encontramos con unas fuentes indirectas, en este caso los escritos de culturas posteriores que sustituyeron a la celta, pero que sin embargo la describieron, y como no podía ser de otra manera, lo hicieron desde el punto de vista de una cultura diferente con valores propios y/o en posición de vencedora el ejemplo mas claro: Julio Cesar narrando la conquista de las Galias. Como fuente directa de conocimiento de esta cultura, nos encontramos con el trabajo de los investigadores de los distintos yacimientos arqueológicos, quienes progresivamente van desenterrando e intentando desvelarnos la realidad de este enigma que constituye la cultura celta. La romanización y las posteriores invasiones germánicas hicieron desaparecer paulatinamente los restos de esta civilización, manteniéndose tan solo en el extremo occidental de Europa, fundamentalmente en las llamadas naciones celtas, siendo Irlanda y Escocia las únicas no romanizadas.
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