jueves, 26 de abril de 2012

Guerra de África


La Guerra de África o Primera Guerra de Marruecos fue el conflicto bélico que enfrentó a España con el sultanato de Marruecos entre 1859 y 1860, durante el reinado de Isabel II. Desde 1840, las ciudades españolas de Ceuta y Melilla sufrían constantes incursiones por parte de grupos marroquíes. A ello se unía el acoso a las tropas destacadas en distintos puntos, sobre todo en 1844, 1845, 1848 y 1854. Las acciones eran inmediatamente contestadas por el ejército, pero al internarse en territorio marroquí los agresores, la situación volvía a repetirse de forma habitual. Cuando en agosto de 1859 se atacó a un destacamento español que custodiaba reparaciones en diversos fortines, Leopoldo O'Donnell, Presidente del Gobierno en aquel momento, exigió al sultán de Marruecos un castigo ejemplar para los agresores. Sin embargo, esto no sucedió. O'Donnell, hombre de gran prestigio militar, y justo en el momento en el que estaba en plena expansión su política de ampliación de las bases de apoyo al gobierno de la Unión Liberal, consciente también que desde la prensa se reclamaba con insistencia una acción decidida del Ejecutivo, propuso al Congreso de los Diputados la declaración de guerra a Marruecos el 22 de octubre, tras recibir el beneplácito de los gobiernos francés e inglés, a pesar de las reticencias de este último por el control de la zona del estrecho de Gibraltar y que al final debilitarían la posición española al terminar el conflicto. La reacción popular fue unánime. La Cámara aprobó por unanimidad la declaración y todos los grupos políticos, incluso la mayoría de los miembros del Partido Democrático, apoyaron sin fisuras la intervención. En Cataluña y el País Vasco se organizaron centros de reclutamiento de voluntarios para acudir al frente, donde se inscribieron muchos carlistas, sobre todo procedentes de Navarra, en un proceso de efervescencia patriótica como no se había dado desde la Guerra de la Independencia. El ejército expedicionario, que partió de Algeciras, estaba compuesto por treinta y seis mil hombres, sesenta y cinco piezas de artillería y cuarenta y un navíos entre buques de vapor, de vela y lanchas. O'Donnell dividió las fuerzas en tres cuerpos de ejército en los que puso al frente a los generales Juan Zavala de la Puente, Antonio Ros de Olano y Ramón de Echagüe. El grupo de reserva estuvo bajo el mando del general Juan Prim. El almirante Segundo Díaz Herrero fue nombrado jefe de la flota. Los objetivos fijados eran la toma de Tetuán y la ocupación del puerto de Tánger. El 17 de diciembre se desataron las hostilidades por la columna mandada por Zabala que ocupó la Sierra de Bullones. Dos días después Echagüe conquistó el Palacio del Serrallo y O'Donnell se puso al frente de la fuerza que desembarcó en Ceuta el 21. El día de Navidad los tres cuerpos de ejército habían consolidado sus posiciones y esperaban la orden de avanzar hacia Tetuán. El 1 de enero de 1860, el general Prim avanzó en tromba hasta la desembocadura de Uad el-Jelú con el apoyo al flanco del general Zabala y el de la flota que mantenía a las fuerzas enemigas alejadas de la costa. Las refriegas continuaron hasta el 31 de enero, en que fue contenida una acción ofensiva marroquí, y O'Donnell comenzó la marcha hacia Tetuán, con el apoyo de los voluntarios catalanes. Recibía la cobertura del general Ros de Olano y de Prim en los flancos. La presión de la artillería española desbarató las filas marroquíes hasta el punto de que los restos de éste ejército tomaron refugio en Tetuán, que cayó el día 6 de febrero. El siguiente objetivo era Tánger. El ejército se vio reforzado por las unidades voluntarias vascas, con gran número de carlistas, que en unos diez mil desembarcaron durante el mes de febrero hasta completar una fuerza suficiente para la ofensiva del 11 de marzo. El 23 de marzo se produjo la batalla de Wad-Ras en la que venció el ejército español y forzó la petición de paz del comandante marroquí Muley Abbás. Tras un periodo de armisticio de 32 días, se firmó el Tratado de Wad-Ras el 26 de abril, por el que España ampliaba el territorio de Ceuta y Melilla, recibía el pequeño territorio de Santa Cruz de Mar Pequeña —lo que más tarde sería Ifni— para establecer una pesquería, Marruecos pagaría una indemnización de guerra y, hasta que se hiciera efectivo, Tetuán era cedida a España.

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